TIMOTEO® Rodrigo de la Sierra® Rodrigo de la Sierra Díaz® | México 2024 | Aviso de Privacidad
Rodrigo de la Sierra: El mundo de Rodrigo
Autor: Jeannette Porras
Título del Texto: El mundo de Rodrigo
2013
Rodrigo de la Sierra: El mundo de Timoteo
Autor: Lily Kassner
Título del Texto: El mundo de Timoteo
2013
Rodrigo de la Sierra: Timoteo
Autor: Arq. José Ramón San Cristobal Larrea
Director General de Promoción Cultural,
Obra Pública y Acervo Patrimonial
Título del Texto: Timoteo
2013
Rodrigo de la Sierra: Timo, Escultura libre para tocar
Autor: Rafael Alfonso Pérez y Pérez
Título del Texto: Timo, Escultura libre para tocar
2013
Rodrigo de la Sierra: Timoteo: Lo artístico -
Autor: Achille Bonito Oliva
Título del Texto: Timoteo: Lo artístico -
2013
Rodrigo de la Sierra: Timo como Alter Ego
Autor: Margaret Failoni
Título del Texto: Timo como Alter Ego
2014
Rodrigo de la Sierra: #Todos Somos Timoteo
Autor: Lic. Lucía Sáenz Viesca
Directora del Centro Cultural Isidro fabela
Museo Casa del Risco
Título del Texto: #Todos Somos Timoteo
2014
Rodrigo de la Sierra: 5 escultores mexicanos
Autor: Azucena Pacheco
Título del Texto: Timo, 5 escultores mexicanos
2013
La actitud es la disposición voluntaria de una persona frente a las circunstancias o las exigencias del medio ambiente, generalmente, las actitudes son adquiridas y transmitidas en un grupo social y se manifiestan muchas veces por medio de gestos o posturas; una forma de comunicación no verbal que expresa: emociones, inquietudes, opiniones o pensamientos.
La mayor fuerza de Timoteo radica en sus actitudes espléndidamente plasmadas por su creador Rodrigo de la Sierra, quien nos involucra de una manera intelectual y emocional con este seductor personaje con el que nos sentimos de una manera inmediata identificados.
A pesar de la cotidianeidad de las actitudes de “Timo” las esculturas conllevan una gran profundidad y nos llevan a serias reflexiones sobre el “ser” por medio de posturas perfectamente identificables con los escenarios de la vida y con cada uno de nosotros.
La sólida formación de Rodrigo de la Sierra como arquitecto y escultor le ha llevado a dar un giro importante a su obra, penetrando con gran maestría y de la mano de “Timo”, a la esencia misma de los seres humanos, este entrañable personaje nos atrapa y seduce al momento de conocerlo.
Para el Centro Cultural Isidro Fabela-
Lucía Sáenz Viesca
Directora del Centro Cultural Isidro Fabela
Museo Casa del Risco
Rodrigo De la Sierra: Timo Como Álter Ego
En el actual periodo de innovaciones y descubrimientos tecnológicos, ¿qué constituye a una escultura? La respuesta hoy es la misma que hace miles de años. La escultura es un arte, el arte de representar objetos observados o imaginados a través de materiales sólidos y en tres dimensiones. El campo de la escultura es vasto y cubre toda forma, estilo, técnica o material incluyendo lo que se crea a mano desde la misma tierra o incluso combinando objetos encontrados, sean ya éstos estáticos o efímeros.
Eones antes del nacimiento de la historia, los cavernícolas adoraban a lo sobrenatural y modelaban animales en barro. La escultura ha sido siempre parte integral de la religión, desde los cavernícolas hasta la temprana cultura egipcia, desde la Grecia Antigua y los romanos, hasta los aztecas, mayas e incas. La Grecia Antigua y los romanos que los siguieron inauguraron una forma de escultura en sus épocas míticas esculpiendo retratos de sus gobernantes y de sus deidades. Pero, en su mayor parte, es a partir del siglo XVII que la escultura es producida como una forma decorativa para satisfacer las demandas de ricos mecenas, en tanto que la Iglesia continuó con sus patrocinios en el Arte Sacro.
Por un lado, barro, madera y piedra como el mármol son esculpidos a mano para crear piezas únicas. Esculturas en metal como el bronce, por el otro lado, requieren de todo un conjunto de reglas diferentes. El artista crea el modelo en barro o cera, luego se hace un molde en yeso a partir del modelo, y el metal calentado ya en forma líquida es vertido dentro del molde. Esto permite la reproducción de varias copias de la misma imagen.
A través de técnicas modernas y actuales, algo muy similar es utilizado para crear esculturas con resinas plásticas modernas. El producto final en metal usualmente posee una pátina que, definida estrictamente, es un producto artístico que consiste en la corrosión del cobre o aleaciones ricas en cobre, más notablemente el bronce.
Cómo escoge un artista el material para su trabajo depende en gran parte de sus habilidades escultóricas o en la imagen o mensaje que esté tratando de transmitir. Puede, como lo hace Murizio Mochetti, usar la nueva copiadora de tres dimensiones para crear aeroplanos hechos a la medida con tecnología láser, o como Jeff Koons, que prefiere usar resinas en sus escenarios tipo arte pop, o incluso Gail Chihuly, que crea maravillas en vidrio sopado.
El muy versátil Rodrigo De la Sierra esculpe en madera como también crea trabajos en resinas o bronces, haciendo uso de la técnica de cera perdida.
Para transmitir una larga selección de pensamientos conceptuales acerca de la dirección en la que el mundo está ahora embarcado, el artista pasa por diferentes técnicas dependiendo del mensaje a difundir. El artista ha creado a Timoteo —mejor conocido como TIMO— un álter ego que en su figura es sumiso, gentil, con un porte casi infantil que hacen que la medicina conceptual que este personaje receta sea más fácil de tomar. Los niños, por un lado, se deleitan con esta figura que se presenta tan lúdica. Los adultos, por el otro, pueden tomarse el tiempo para estudiar lo que está detrás de la actuación de este pequeño hombre. Es esta dicotomía la que resulta tan fascinante; una pequeña figura de un hombre de apariencia infantil usada como medio para crear arte conceptual. ¿Se trata de la crisis financiera de los últimos siete años (Balance)? ¿O será ya el ocaso materialista de lo valores como se aprecia en la serie “Ego”? ¿Estamos todos tan frustrados y estresados que tenemos que recurrir a medios mecánicos de “Felicidad”? ¿Qué significa haber llegado a la sociedad actual? ¿Estamos atrapados en la interminable necesidad de “ser más” (Escalera Eléctrica) incluso si eso implica pasar por encima de otros (Bajo Control)? ¿Quiénes somos y qué queremos ser (Acto Reflejo)?
En tan sólo unos cuantos y cortos años, este artista, antes arquitecto, nos ha deleitado con sus extravagantes creaciones que nos permiten ser gentilmente críticos de la sociedad actual, del mundo frenético que hemos creado, y ésta no es ninguna tarea fácil. El artista ha utilizado intencionadamente pátinas grises y pálidas para acentuar la levedad del ser de Timo. ¿A dónde nos llevará ahora? Qué importa. Es una alegría poder seguirlo.
Margaret Failoni
Mayo 2014
Timoteo: lo artístico-
(en la obra de Rodrigo de la Sierra)
Las vanguardias, con Freud, habían comprendido que el mundo es una zona de vida precaria en donde el hombre esta obligado a aceptar el principio de realidad. Un principio que doblega su libertad, que lo fuerza a realizar una serie de gestos y de comportamientos obligados, que responden, todos, a la ética, a la moral de la producción, no de la parte de la libertad sino de aquella de la instrumentalización, que la industria y la sociedad pueden lograr.
Ahora las vanguardias han comprendido (como en la obra de Rodrigo de la Sierra) que el hombre ha sido encasillado en una serie de clases sociales que lo fuerzan a un comportamiento que ya no es libre sino obligado y estandarizado. El artista mexicano intenta modificar, romper este espacio obligado de la vida y regresar al hombre a un espacio total en donde pueda incluso recuperar el valor de la infancia. Y por valor de la infancia él entiende el espacio de la libertad, del gesto desinteresado y de lo innecesario. Él lo hizo desechando una serie de técnicas, de procedimientos especializados, que responden aun a viejas categorías (la escultura, la pintura, etc.); para idear un espacio creativo donde confluyeran todas las técnicas posibles y fuera posible demoler una noción de arte demasiado sectorial para poder realizar la propia fantasía.Rodrigo de la Sierra descubre una ideología del arte, una mentalidad, una visión como espacio total, donde no solo se producen imágenes, sino también una libertad creativa.
La figura de Timoteo se convierte en el enviado especial, en la poética del artista, armado de omnipotencia infantil esta listo para explorar la realidad imponiendo sus propias reglas del juego. De este modo, Timoteo descubre nuevas posiciones del cuerpo, se tropieza con la sombra de su doble, se trepa sobre sí mismo e incluso va a la guerra guiando a un pelotón de soldados que son a final de cuentas sus dobles. La miniaturización de la escultura adquiere un valor liberador, ya que permite una agilidad plástica controlada por el artista debido a sus dimensiones.
Los cubistas ya habían incluido la manualidad infantil en el proceso creativo, un elemento extra pictórico, en el momento en que Picasso y Braque pegan sobre la materia de la pintura un trozo de periódico, un objeto encontrado en la vida, y utilizan un procedimiento elemental, no especializado, el cual podría perfectamente pertenecer, como posibilidad a la mano del niño: el collage como dato de la realidad que entra en la dimensión formal del arte.
Los futuristas descubren la “palabralibre”, Marinetti dice que ya no es necesario hacer poesías con preposiciones obligadas, sino que es posible crear palabras que se suceden entre ellas sin ningún nexo lógico. Las palabralibres poseen, por tanto la posibilidad de hacer que las palabras se sucedan unas a otras sin ningún orden discursivo lógico, sino con una extrema libertad fantástica, de modo que pueden adquirir una carga y fuerza recíprocas.
Los dadaístas, por ejemplo, utilizan la “onomatopeya”, la disgregación del lenguaje hasta llegar al sonido puro, a un fonema que se expresa a sí mismo, un sonido que parece anteceder al lenguaje, un signo que pertenece típicamente a la zona de la infancia, un lugar donde se vive a través de una serie de gestos simples, en donde la palabra aun no se ha formado. Los surrealistas utilizan técnicas creativas como el “frottage”, las cuales en el periodo de la infancia, son utilizadas para la realización de juegos. El frottage se logra poniendo una hoja de papel sobre una moneda y se frota con un lápiz, por lo que la imagen que se forma es una especie de sombra, una figura como rodeada de un halo, la cual reproduce casi el alma del objeto que se encuentra debajo. El “dripping”, utilizado por los surrealistas y luego por Pollock, consiste en la posibilidad de hacer gotear con movimientos circulares de la mano, colores sobre la tela, de modo que este movimiento produce formas y al mismo tiempo deja al color la posibilidad, la libertad de expandirse sin ninguna imagen obligada.
El niño también tiende a descubrir el mundo a través de sus propias manos, a volver
nulo el caer en todas las categorías posibles: él vive y se acerca a una zona de
la conciencia, mediante una serie de gestos que son automáticos, espontáneos El niño
descubre las motivaciones después de haber actuado. Practicando involuntariamente
el “bricolage” o bricolaje descrito por Lévi-
El bricolaje es la posibilidad de utilizar un objeto con una función diferente de la que tiene en la vida cotidiana, darle una función diversa de aquella para la que fue creado. Y el artista es como un “bricoleur”, aquel que realiza la actividad manual del bricolaje, en la medida en la cual da a un objeto que encuentra en la realidad cotidiana una función estética, lo despoja de su función económica y utilitaria para darle una estructuralmente formal, es decir, estética. También el niño es un bricoleur cuando se monta en una escoba y piensa que puede volar, la niña lo es cuando juega con la muñeca y reproduce a escala aquello que es el espacio real de la vida.
Rodrigo de la Sierra tiene una feliz regresión, y con método, al estado infantil, en la medida en la que utiliza una serie de técnicas manuales y artesanales precisamente para darles la posibilidad de desempeñar una función mágica, de utilizar, de tocar los objetos cotidianos: llevarlos al espacio del arte y darles una vida estética, una vida diversa.
De esta manera, Timoteo, el “niñito” que representa la omnipotente inocencia de una
infancia laboriosamente dedicada por completo al juego y protegido por una dimensión
material que no quiere perder contra aquella real del mundo de los adultos. Aquí
escaleras, espejos, máquinas, barcas, pelotas, fusiles, sillones, están todos a la
mano de Timoteo y en el fondo del artista que se miniaturiza para huir de cualquier
encuentro heroico con un mundo evidentemente inaceptable. Aquí es donde la dimensión
material de la escultura se torna definitiva, una especie de “Ready-
El artista considera positivo el espacio de la infancia, en la medida en la cual se mueve, actúa, vive en un espacio que él define negativo: esta regresión tiene una base y un sistema ideológico. En el momento que el artista de vanguardia, mediante la utilización de varias técnicas recuperadas, técnicas manuales, a través del collage, la disociación, la desarticulación del lenguaje, la palabralibre, la onomatopeya, las técnicas automáticas; tiende a hacer surgir las zonas inconcientes, tiene la certeza de vivir en un espacio social represivo.
El viaje de Timoteo en la geografía creativa de Rodrigo de la Sierra es seguramente
silencioso, a la búsqueda contínua del otro mediante la asunción de la ligereza como
estrategia. La exploración de nuevas posturas para su cuerpo, fruto de acrobacias
de la mente y también de la omnipotencia del artista que continúa, como Rodrigo de
la Sierra, construyendo nuevas contra-
Achille Bonito Oliva
Timo, Rodrigo de la Sierra
Escultura libre para tocar
Rodrigo de la Sierra, nos presenta una selección de obras cuya característica se ve reflejada en el propio título: Timo, ya que se tratan de reflexiones en la que su personaje sustrae la ironía de la vida cotidiana. Un discurso que se ve claramente integrado a las formas sociales actuales, donde el anonimato que imponen los diversos convencionalismos, como la vestimenta del trajeado transeúnte, se convierte en un espejo de su espectador, o sea, en una otredad reflexiva.
Timo es un reflejo de Rodrigo de la Sierra y viceversa, en la cual la anécdota o introversión es narrada en segunda o tal vez en tercera persona, como en la pieza denominada Acto Reflejo, ya que si bien Timoteo tiene una relación con su creador al expresar ideas en concordancia, el reflejo corporizado de éste se convierte en un tercer personaje.
La muestra está integrada por una serie de piezas en la que es posible apreciar la manera en que se entremezclan el humor y la crítica, por las que retrata las imperfecciones y las flaquezas de las sociedades contemporáneas, haciendo evidente la manera de armar o entrelazar aspectos fundamentales en el tratamiento de sus temas: la ética y la estética, preocupación y la apatía, la prevención y la tranquilidad; aspectos que caminan indisolublemente unidos por su obra, y que en este conjunto nos entrega bajo un título que alude al fin que conlleva la presentación de la exposición: Escultura libre para tocar.
Rodrigo de la Sierra se descubre en cada pieza como un observador e examinador de la condición humana, y que a través de su personaje Timo o Timoteo integra el escenario y narrativa de sus breves historias; como la denominada Los de arriba y los de abajo, en la cual la recrea una situación grave de la economía, a través de una síntesis extrema del tema que lo atenúa y lo ironiza, situando a su interlocutor repetido en dos posiciones en la verticalidad que impone el argumento, en el cual uno se sitúa reposando en la parte superior de la simbólica economía, representada por una moneda de dólar, y que es sostenida por un esforzado personaje en la parte inferior. La paradoja atrapada en esta pieza se ve repetida en cada una de las obras, de las que indiscutiblemente surgen un punto de aproximación entre la preocupación de la tragedia humana y el placer de vivir.
Sus piezas se articulan en la simpleza de sus argumentos, creando así un espejo de reflexión entre la obra y quien las mira; la identidad desconocida del rostro de Timoteo es el reflejo de la impersonalidad de nos provoca el aislamiento urbano de las ciudades contemporáneas, o el anonimato a que nos conlleva la compleja articulación de una sociedad donde pocos son hombres y nombres reconocibles o reconocidos, los demás nos vemos relegados a conformar lo que el sociólogo Gustave Le Bon definiría como la masa: “Una agrupación humana con los rasgos de pérdida de control racional, mayor sugestionabilidad, contagio emocional, imitación, sentimiento de omnipotencia y anonimato para el individuo”.
Por otra parte, lo que el artista nos propone objetualmente nos recuerda el oficio
de dibujante que proviene del comics, ya que se trata de una transportación de la
bidimensionalidad a la tridimensionalidad. Volumetría formada con un carácter de
concordancia a la cultura actual, en la que el pre-
Es así como podemos decir que en la obra de Rodrigo de la Sierra, la crítica social y el humor dan origen a la creación de un inconfundible lenguaje visual icónico, donde la identidad del espectador es recuperada en la obra, tal vez para establecer coincidencias y parecidos entre quien la ve y quien la narra.
Rafael Pérez y Pérez
El mundo de Timoteo
Dra. Lily Kassner
La exposición El Mundo de Timoteo es una selección antológica de la obra escultórica
de Rodrigo de la Sierra (México, D.F., 1971), que se representará durante seis meses
–del 12 de septiembre al 12 de marzo-
Con antecedentes profesionales que lo ubican como un reconocido arquitecto mexicano, de variados logros constructivos, Rodrigo de la Sierra debe mucho de su incursión en el arte a la exitosa creación original de un personaje singular, que denominó en español con el nombre de Timoteo, el cual ha conseguido la empatía competitiva de numeroso público y también de ávidos coleccionistas de su obra.
De impecable factura, modelado a la cera perdida y fundido en bronce con pátina de pálido color, mayoritariamente de pequeño o en ocasiones de mediano y gran formato. Timoteo es una escultura de figura humana que ostenta cierta corpulencia, aunque voluntariamente empequeñecido, compacto; de pies y manos más grandes de lo normal en proporción al tamaño de su efigie.
Su cuerpo en acción manifiesta cualidades gimnásticas de fuerza sobrehumana (El arco, My space) o elasticidad atlética que lo lleva, solo o en compañía de figuras idénticas a sí mismo, a realizar proezas de contorsionismo casi circense (Con ansias de volar, En el camino, Torre, Bajo control, Big steps, Escalera, Escalera eléctrica, etc.)
Siempre se presenta correctamente vestido de traje sin corbata, con una especie de suéter pegado al cuerpo. Cualquiera diría que parece un hombre correcto, decente y de buena educación e impecable crianza.
Su apariencia caricatural es evidente, pero en él la caricatura no es la tradicional exageración mordaz de rasgos fisionómicos, que pretende expresar sarcasmo y provocar la burla.
Su rostro, por ejemplo, es definitivamente inexistente o, mejor dicho, anónimo; está cubierto por una especie de capucha de la que sólo sobresale una puntiaguda nariz y dos oquedades o puntos diminutos en el lugar que, si estuviera descubierto, ocuparían los ojos.
Pertenece, por derecho propio, al ámbito de los personajes del comic, aunque en este caso trasladado de la plana bidimensionalidad, hasta ocupar un lugar en el espacio que le proporciona su contundente y bien dispuesta tridimensionalidad.
En los niños provoca risas y, en los adultos, ternura y simpatía. Timoteo nunca está triste o deprimido, por lo contrario, su lenguaje corporal proyecta, aun cuando está en alguna pose apacible y quieta (Sala de espera, Wound, Contacto, etc.) una suerte de placidez. Sin embargo, en la mayoría de los casos, lo vemos ejerciendo un dinamismo avasallante, que incide tanto en la crítica social (Los de arriba y los de abajo), como en la utilización de personajes mitológicos (Ícaro), lo mismo que en la autocrítica (Nuestro desmadre), pero siempre con un dejo de ironía, comicidad y buen humor. Significa, en un nivel más profundo, una especie de reflejo de nuestra humanidad, expuesta a las vicisitudes trágicas y cómicas que enfrentamos en nuestra propia existencia.
Timoteo, cuenta por ello con un futuro promisorio: todavía dará mucho que hablar
al público y la crítica. Es una figura que nos divierte y a la vez nos hace reflexionar
en nuestro endeble –y magnifica-
Cundo los visitantes discapacitados palpen la pulida superficie de estas piezas, van a corroborar sus graciosas formas y profundas cualidades, gracias a la plausible labor de Rodrigo de la Sierra y, así mismo, al buen tino de las autoridades que organizaron esta exposición.
Verano, 2013
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público a través de la Dirección General de Promoción Cultural y Acervo Patrimonial inició en marzo 1997 un programa de promoción cultural y educación artística dirigido principalmente a personas con discapacidad visual; dicho programa es pionero en el panorama de los museos de México y consiste en una Sala de percepción táctil integrada por obra escultórica de creadores mexicanos.
Las muestras que se presentan en este espacio tienen como objetivo integrar a públicos con discapacidad visual, así como a normo visuales, a través de visitas guiadas a un proyecto educativo incluyente, y permitirles experimentar otra manera de apreciar el arte, a través del tacto, involucrando y fomentando en las diferentes audiencias la sensibilidad y la tolerancia a las personas con capacidades distintas.
En ese sentido se planeó la muestra Timo del artista Rodrigo de la Sierra; el proyecto fue concebido tomando en consideración la creciente trayectoria de este joven artista, así como al público al cual va dirigido, ya que su particular sentido del humor, y la ironía con que plantea cada una de las piezas, concuerdan con los lenguajes de las generaciones actuales, lo que permitiría sin duda alguna un acercamiento – diálogo entre su creador y los espectadores, mismos que se verán reflejados en anonimato de su persona.
Es así como con esta oferta cultural que la Secretaría de Hacienda continúa con la tradición de fomento de una cultura incluyente que por años ha realizado la Dependencia para beneficio de todos los mexicanos.
Arq. José Ramón San Cristobal Larrea
Director General de Promoción Cultural,
Obra Pública y Acervo Patrimonial
El mundo de Rodrigo
Timo es un personaje que poco a poco ha conquistado espacios en museos nacionales e internacionales. Cuentan que pronto lo veremos por las calles de la ciudad de México. Sencillo, carismático y un tanto desaliñado, Timo seduce al público con su leguaje amable, desparpajado, divertido y muchas veces reflexivo.
Nació en cuadernillo de Rodrigo de la Sierra, arquitecto de profesión, quien decidió
soltar la pluma para dar vida a su imaginación. De manera sigilosa, Timo se apropiaba
de planes y planas, expresando sus ideas y opiniones –en muchas ocasiones, con ironía
y sarcasmo-
Jeannette Porras
5 Escultores Mexicanos
Charlas con exponentes de la escultura contemporánea que han llevado su trabajo más allá de las fronteras del país.
HAY QUIENES PREFIEREN rastrear los orígenes de la escultura mexicana hasta el pasado prehispánico, aunque las culturas precolombinas no tenían tal concepto de nación y tampoco compartirían un mismo concepto de arte. Cualquiera que sea el caso, la escultura mexicana ha sido poderosa y expresiva, tal vez especialmente a partir del siglo XX y con grandes expresiones contemporáneas.
El arte es siempre un acto de comunicación, escribió alguna vez el escultor Manuel Felguérez. Para que este acto se establezca, es necesario que la escultura contenga suficientes elementos retóricos. “Cada obra de arte es inevitablemente hija de otra obra de arte… de la aceptación de códigos iguales nace la comunicación entre ambos”, señaló.
Aun en la inmensidad del arte mexicano, el gremio de los escultores mexicanos es reducido. Incluso existen familias que se han dedicado a este arte a lo largo de su historia. Las generaciones se van sucediendo y nuevos nombres se abren paso en el panorama escultórico mexicano. En esta ocasión, Valor Corporativo charló con cinco artificies nacionales con gran presencia en el extranjero.
Rodrigo de la Sierra,
La promesa
EL MUÑECO TIMO sube como la espuma en el mercado nacional e internacional. Este simpático y regordete personaje, que no deja de pasar desapercibidos los sucesos simples de la vida cotidiana y la maravilla que se esconde detrás de ellos, se ha convertido en la carta fuerte de este escultor nacido en la ciudad de México en 1971.
Rodrigo estudió arquitectura y se dedicó varios años, y con éxito, a esta profesión, hasta que decidió hacerle caso a su llamada personal y estudiar escultura en clases particulares con Luis Luna Rey y Gustavo Salmones. Después de cuatro años, hizo de técnica el bronce a la cera perdida y de Timoteo, su personaje principal.
Timo interpreta los comportamientos de la sociedad actual que, a pesar de que es capaz de formarse por horas para reír un minuto, también puede llegar a ser el motor de un cambio real. Timo puede ser el que mira al horizonte mientras los demás pelean hundiéndose en un barco. El artista, a través de Timo, intenta que el observador note lo absurdas que pueden ser las posturas de un individuo ante distintos sucesos de la vida y, quizás por ello, es que mucha gente ha logrado identificarse con este personaje.
Rodrigo creó a Timo en 2005 y, dos años más tarde, fue elegido para ser uno de los 50 escultores que formaron parte del catálogo de la Toyamura International Sculpture Biennale, en Japón, de entre 600 participantes de todo el mundo.
No por nada, el crítico italiano Achille Bonito Oliva lo describe en el prólogo de su primer libro, próximo a editarse y que tentativamente se titulará Timoteo y su mundo, como una propuesta artística que dará mucho de qué hablar.
Azucena Pacheco
Timoteo |
Figura Humana |
Exposiciones Individuales |
Exposiciones Colectivas |
Donaciones y Subastas |
Colecciones |
Publicaciones |
Premios y Reconocimientos |